Entre los pilares del liberalismo democrático está el derecho de información. Y cuanto más plural, mejor. Sin embargo, las redes sociales y la posibilidad de tener avatares anónimos y trolls han contribuido a una ingente cantidad de información difícil de digerir y más aún de contrastar.


Antonio Garrigues y Luis Miguel González de la Garza en su libro El derecho a no ser engañados. Y cómo nos engañan y nos autoengañamos ponen de manifiesto la necesidad de arbitrar mecanismos de protección que, garantizando la libertad de expresión, valor esencial del liberalismo demócratico, vele por la propagación de bulos, noticias falsas que corren como la pólvora por los móviles de la ciudadanía. Estos autores abogan por incluir este derecho como uno más de los derechos humanos.


Dados los sesgos cognitivos humanos, estas informaciones falsas, afectan entre otros al denominado sesgo de confirmación, consistente en una inclinación a dar por buenas informaciones, sean ciertas o falsas, y datos que reafirman nuestras ideas, posicionamientos y valores.


En campaña electoral, y desde hace siete años España vive una campaña electoral continuada, lo que más me preocupa es el efecto de arrastre que dicta que la probabilidad de que votemos por aquellas opciones mayoritarias es directamente proporcional al número de personas que ya las compartan en medios de comunicación y redes sociales. Por eso las encuestas además de mostrar tendencias, lo que pretenden es movilizar el denominado voto útil y anclar a los partidos mayoritarios por el efecto de arrastre.


Daniel Khaneman y su teoría de aversión a la pérdida, un sesgo cognitivo más explica claramente cómo la mayoría de nosotros preferimos no perder 100 € antes que ganar la misma cantidad. Aquí es donde los eslóganes emocionales frente a los fácticos ganan siempre las batallas. En la campaña del Brexit, los partidarios de éste tuvieron como eslogan Retoma el control (Let’s take back control) frente al soso Vote remaIN. Uno te llevaba a imaginarte ese Reino Unido imperial y no dependiente del continente, frente a las ventajas fácticas del permanecer. Igualmente, Trump llegó al poder con Make America great again. En el fondo dos mensajes similares. Cuando el miedo no gana es porque hay mensajes potentes de ilusión y esperanza que llegan al corazón más que al cerebro.


Pues bien, el que ha ideado la campaña electoral del 4 de Mayo, con su LibertAd, en plena pandemia donde todos estamos cansados de tantas restricciones y limitación de derechos movilizará mediante el sesgo de aversión a la pérdida, en este caso de libertad, y el de arrastre que proporcionan las encuestas. El miedo al comunismo hace votar una opción que solamente nos pide votar libertad. No explicita a qué libertades concretas se refiere. Ni el socialismo ha puesto las libertades individuales por encima de las de distintos colectivos, ni el conservadurismo apoyó nunca ampliar libertades individuales progresistas. Tan sólo las aceptan una vez otros las ponen en marcha.

Frente a este discurso el partido Ciudadanos, que es el que mejor representa el liberalismo democrático, lanza un discurso de hechos, propuestas y experiencia de gobierno exitoso en la Comunidad de Madrid. Tan sólo llama a la acción cuando pide elegir entre un gobierno de Diaz Ayuso moderado por Vox o por Ciudadanos. No se da cuenta el candidato mejor preparado que con eso favorece el voto gregario proveniente del efecto de arrastre al dar por supuesto la victoria del PP. Es más, se enfrenta a una paradoja. El elector de centro derecha que tenga alguna aversión a que el gobierno sea condicionado por Vox, votará a Diaz Ayuso una vez que Edmundo Bal asegura que gobernará con la actual Presidenta. Se salta así al intermediario. Y el mayor caladero de votos en estas elecciones para Ciudadanos, que son los de centro izquierda moderado que no quieren ni a Vox, ni a Podemos, no votarán a quien vaya a reforzar a la candidata Ayuso.


El eslogan “Libertad” cumple con el papel de reclamar el voto emocional de distintos sesgos cognitivos. Protege Madrid apela al miedo a la inseguridad. “Elige Centro” es similar al Vote Remain. Claro pero poco ilusionante. “Vota. Hazlo X Madrid” es un invento de los publicistas que ni llega, ni expresa a qué apela. “Por lo que de verdad importa” con la imagen de su candidata, anestesista ella, con una mascarilla pide el voto sutilmente para reforzar la sanidad pública y se centra en la salud y en los problemas cotidianos de los madrileños. “Que hable la mayoría” con una foto de una barriada. La típica lucha de clases. Cuando se entere de que ese discurso rancio ya no vende deberá abandonar la política. El mensaje se ha agotado en sí mismo.


Estamos a tres días del 4M y Ciudadanos debería haber hecho propuestas renovadoras, transformadoras en materia de educación, política industrial, regeneración democrática, sociedad del conocimiento y de cómo la inteligencia artificial y el big data cambiará nuestras vidas, y no centrarse principalmente en ese 20% del programa firmado con el PP hace dos años en el acuerdo de gobierno, aún por concluir. ¿A quién moviliza ese 20% restante? A pocos. Podía haber hecho propuestas ilusionantes para los próximos seis años. Y decir que se pactaría con quienes más apoyaran la transformación que el candidato de Ciudadanos pretende para la Comunidad de Madrid a largo plazo. Bonos transporte, deducciones fiscales y otras medidas son necesarias y se agradecen. Pero no movilizan.


Y lo que me parece insólito es cómo Iglesias con la inestimable colaboración de Ayuso y Monasterio han cercenado el derecho a la información, sin filtros de los periodistas, de las propuestas de los candidatos. ¿Y alguien sabe si el motivo dado por Ayuso para convocar elecciones anticipadas es veraz? Yo creo que no. Ir a unas elecciones engañados puede ser legal, pero legitima poco a quienes han dinamitado el gobierno. El derecho a no ser engañados empieza a ser urgente. Pero no desde Ministerios de la Verdad que pretenden crear una posverdad paralela. El liberalismo democrático huye de las verdades. Es más, cuestiona si sus soluciones son las mejores continuamente. Pero para eso es necesario que los partidos políticos fomenten el debate interno de ideas.


Un error grave de Ciudadanos en la Comunidad de Murcia ha sido el desencadenante de estas insólitas elecciones a las que iremos a votar con casi 400 casos de incidencia acumulada. Esperemos que una opción liberal en España y en el resto del mundo, más necesaria que nunca, salga con vida este 4M. Ideas hay, especialmente en Europa, candidatos preparados también. Ahora falta que alguien entienda cómo se ganan o se pierden las campañas.