Este próximo martes 4 de mayo están puestas muchas miradas en los resultados que obtenga Ciudadanos en las elecciones a la Asamblea de la Comunidad de Madrid. La mayoría de las encuestas publicadas en estos días atrás apuntan que Ciudadanos se quedará sin representación en la asamblea, pero queda la última palabra que tendrán los ciudadanos en las urnas.

El plebiscito al que parece enfrentarse Ciudadanos junto a este proceso electoral, en el que se cuestiona si la ciudadanía quiere o no que el partido sobreviva, debe de entenderse sabiendo leer el contexto político en el que se desarrollan estas elecciones y un posible resultado derivado del cúmulo de errores, estratégicos y de comunicación, que ha realizado el partido en los últimos años.

No sería razonable perder casi todos los 625.000 votos obtenidos por Ciudadanos en las últimas elecciones celebradas solo hace un par de años y que estos se esfumarán o los mismos se volcarán hacia postulados conservadores del PP o socialistas del PSOE en tan corto plazo de tiempo. Lo cierto es que por mucho que se busque entre el resto de partidos políticos que se presentan a estas elecciones, no existe ningún otro partido que dentro de su definición y posicionamientos defienda el centro, con sus matices liberales y progresistas, que mantiene Ciudadanos como partido renovador.

En algunas ocasiones he oído referirse a Begoña Villacís sobre aquellos que de la noche a la mañana cambian de posición de Ciudadanos al PP, diciendo que ella nunca se daría una pedrada en la cabeza, refiriéndose de forma figurada, a lo extraño que resulta de un día para otro algunos exdirigentes de Ciudadanos cambien tanto su posicionamiento político como para saltar PP. Estoy completamente de acuerdo con esta clara exposición de Villacís, y la extiendo a los votantes de 2019 a Ciudadanos, pues aun cuando existan algunos planteamientos de índole económica que pueden ser plenamente asumidos por liberales de Ciudadanos y conservadores del Partido Popular, hay otro montón de diferencias sobre regeneración democrática, aspectos de desarrollo de la sociedad civil, aspectos sociales y de libertades, que nunca serán admitidos por los que piensan como conservadores y si defendemos esas premisas los liberales progresistas.

De los votantes de 2019 a Ciudadanos se hace también difícil entender que estos ahora pasen a dar su voto al PSOE, siendo este el PSOE de Pedro Sánchez, un partido que nada tiene que ver con los socialdemócratas europeos o con terceras vías como la de Macron en Francia o el propio Baiden en EE.UU. No creo que un votante de Ciudadanos, liberal y defensor de ciertos principios, preste su apoyo al partido de Sánchez que ha abierto las puertas del gobierno a Podemos, con un planteamiento mucho más alentador de posturas más tradicionales de izquierdas más extremista y anti liberales y que para colmo, se ha apoyado para ser presidente en partidos separatistas e independentistas a los que les sirve tributo y pleitesía.   

Muchos de esos 650.000 votantes que dudan en dar su apoyo a Ciudadanos o incluso ya han decidido negarle su apoyo, no es que no se sientan identificados con el pensamiento de centro liberal progresista, ni con los planteamientos y propuestas realizadas en esta campaña, incluso tal vez, pudiera llegar a ser respaldado, el pensamiento, posicionamiento y propuestas que representan la esencia de Ciudadanos, por muchos más votantes de esos que anteriormente dieron su apoyo en Madrid, apostando por la moderación y sentido común.

Yo apelo a todos estos ciudadanos que están en dudas, bien pensando cambiar el signo de su voto o que se cuestionen si su voto será útil apoyando unas siglas como Ciudadanos ante la incertidumbre de si sus dirigentes y candidatos son los ideales, dejen apartado por un rato las vísceras políticas que nos hacen desarrollar a diario y se paren a reflexionar con el sentido común.

Ahora no está en cuestión si las siglas de Ciudadanos son las que pueden englobar el pensamiento liberal progresista en España en el futuro. Ahora ni es momento de plantearse los errores que Ciudadanos y sus dirigentes han podido cometer en los últimos años. Ahora es momento de reflexionar, de ser sensatos, de pensar en lo mejor para nuestro país y para que el pensamiento liberal progresista, ese que da lugar a un centro moderado necesario para equilibrar y romper la lucha de los extremos que nos llevan a la confrontación.

El voto a Ciudadanos es una necesidad en defensa ante la situación de peligro. Todo aquel que se sienta cómodo en este espacio político de las ideas tiene un compromiso superior a sus propios deseos, revanchas o sus distintas formas de pensar cómo debería ser el espacio del centro o el partido que lo representa. Ahora lo más importante es la propia supervivencia del espacio político. Medítalo y vota en consecuencia. Tu voto no salva unas siglas o unos líderes, piensa que tu voto salva un pensamiento que estará siempre por encima de ellos.